Sí, el psicoanálisis cura, reduce dolores y sufrimientos. Pero a la vez apuesta, mas allá de eso, por una transformación subjetiva. Por eso es más que una cura, es un proyecto de cambio.
¿Cómo lo hace? Esta es la pregunta que nos proponemos contestar, para que se sepa más, para difundir nuestra experiencia y ponerla a debate.
El psicoanalista confrontado con el dolor de existir orienta la cura con su ética, la que abre para cada sujeto un acceso particular a su diferencia y a su deseo. El sujeto se constituye y está alienado en el campo del Otro. En el trabajo analítico se desvela cómo cada sujeto ha respondido a lo que le fue impuesto.
Asimismo, todo sujeto es responsable de su posición subjetiva y de su deseo; esta es también parte de nuestra ética. A veces, los sujetos que abandonan no quieren saber nada de esta responsabilidad y se aferran a su posición de victima, irrenunciable.
Desde la pregunta que le hace Freud a Dora hasta la fecha, intentamos implicar al sujeto en su queja, para poder subjetivarla, para que algún día este pueda decidir si quiere lo que desea. ¿Has obrado conforme a tu deseo?
Wo Es war soll Ich werden. Donde ello era el sujeto debe advenir, un sujeto deseante y libre, en lo posible, de los mandatos ajenos.
Para algunas terapias el sujeto no existe. Existe el mandato del "traga y calla". No hay historia, no hay memoria que sitúe al sujeto en sus vínculos y en sus coordenadas simbólicas. ¿Cuál es su inscripción? Ninguna. Se actúa sobre un sujeto anónimo, sobre su cuerpo que deviene un saco que se llena, o se vacía. Reducir a los pacientes a una ecuación biológica y tratarlos como tales equivale a decapitarlos, literalmente. Es un acto de violencia en la infancia, y en la edad adulta también. Cuando eso es concebido así, cuando una madre o un médico contemplan la cuestión como un "traga y calla", no duden que allí está la clave de su patología, de su gravedad y cronificación, puesto que atenta contra la esencia misma del ser hablante. Atenta contra la subjetividad. Refleja, asimismo, una concepción muy concreta del sujeto que es colocado en un lugar de objeto pasivo del Otro.
Hay tratamientos que apuntan a la segregación del Mal. Si el fármaco puede reducirlo es porque está siempre fuera del sujeto que lo padece y hay que liquidarlo. No hay introspección ni autocrítica. El sujeto deviene un ser infantil e irresponsable, una víctima inocente que no podrá tomar partido en su cura, o en su vida.
Nuestro trabajo como analistas apunta sobre todo a contrarrestar y subjetivar este empuje generalizado y paranoide, que pretende siempre situar la causa fuera del sujeto. Esta es la apuesta y la ética del Psicoanálisis.
Daniela Aparicio
¿Cómo cura el psicoanálisis?
4 de Febrero de 2011, a las 20:00 horas
Mesa redonda con la participación de
Manuel Baldiz, Laura Kait, Joseph Knobel, Rosa Royo.
Coordina: Daniela Aparicio
Lugar: Col.legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya
Rocafort, 129. Sala d'Actes. Barcelona
Organiza: Espai Freud