dimarts, 31 de maig del 2011

Habitar la ciudad: prólogo para una tertulia


Habitar la ciudad

Jose Manuel Hernández
Uno de los objetivos fundacionales de Espai Freud, puesto de relieve en  su declaración de principios, es el de llevar a cabo encuentros transdisciplinares en los que el intercambio de ideas y el debate tranquilo se convierta en eje vertebrador a partir del cual  sea posible interrogarnos acerca de  cuestiones más o menos palpitantes, movidos a su vez por un claro denominador común: el de romper el aislamiento que, soberano, gobierna a menudo  nuestra realidad cultural.  Junto a esa primera intención, se hace viva además otra voluntad profundamente vinculada al tema que nos convoca aquí : la firme necesidad de poner en juego al psicoanálisis, con todo lo que dicha operación implica,  por medio de  debates públicos conectados en la forma y el fondo a la configuración sociocultural de la ciudad.  De ese doble movimiento emerge el intento  de sumar  voces y experiencias intelectuales que, debido a la compleja historia intelectual de nuestro país y a una cierta inercia en el funcionamiento de determinadas dinámicas internas, se han ido quedando en los estrechos márgenes del ámbito especializado o, directamente, ausentes de toda reflexión social o humanística.  Así pues,  una de las líneas de actuación de Espai Freud pone de relieve de manera preeminente su profundo y deseoso carácter urbano. De hecho,   no hay duda de que sin el entresijo discursivo y espacial  propios de  la ciudad, una experiencia como la nuestra no hubiese contado con las plataformas adecuadas para poder interrelacionar ámbitos distintos  de lo intelectual. Por otra parte, un rápido  repaso de la historia intelectual del siglo XX demuestra que  el nacimiento del psicoanálisis y su evolución posterior, debe mucho a la consolidación  del  espacio urbano de la modernidad, gracias sobre todo al empuje que el  afianzamiento de nuevas estructuras dará a la circulación de las ideas: la Viena de fin de siglo, por su particular historia cultural, deviene paradigma de esa posibilidad;  más adelante,  en periodos de turbulencias teóricas y ansiadas refundaciones, las ciudades van a seguir cumpliendo una función capital,  posibilitando en gran medida no solo el debate de ideas sino, sobre todo, la interacción con la política a través de la interrogación salvaje propia del siglo pasado.  Es así como el centro de París se convertirá en escenario privilegiado y modelo de la yuxtaposición discursiva de esa tensión. Aún así, antes  de que la ciudad  deviniese agente activo  e indisociable del 68, fue necesario  un  proceso de profundos cambios puestos ya en acto desde el siglo XVIII, que van a ir modificando profundamente no solo las relaciones económicas y sociales sino, también, el imaginario colectivo a través del cual se consolida el discurso de la modernidad y su contraste. Gracias a él,  surgirán diversas experiencias intelectuales y estéticas que, de manera central o colateralmente,  darán cuenta de esa metamorfosis,  celebrándola, poniéndolo en tela de juicio o a través de una ambivalencia de sentido que problematiza la relación que numerosos novelistas, arquitectos, pensadores o poetas mantienen en su obra con ese halo llamado progreso. En ese debate de discursos que en ocasiones se contradicen entre si, el devenir de la historia, impugnado o idealizado, señalado como fuente de todos los males o salvación mesiánica de una humanidad en tránsito de si misma, seguirá a ritmo de locomotora su curso,  encarnándose  definitivamente, a través de círculos concéntricos cada vez más amplios, en el cuerpo de la ciudad.  La reflexión sobre lo urbano, las implicaciones que el desmantelamiento del viejo mundo va a tener en la percepción de la realidad y, sobre todo, el desasosiego producido por los nuevos modelos de representación social y cultural se materializarán, paradigmáticamente, en la poesía de Baudelaire: la lectura que de Les Fleurs du Mal hizo Walter Benjamin constituye un punto de inflexión determinante en la reflexión acerca del nuevo mundo que la ciudad moderna funda, señalando a través de los instrumentos de la reflexión teórica, una serie de constantes que, deformadas por la empuje de las transformaciones incesantes de las relaciones entre las  urbes y sus habitantes, continúan aún vigentes.   A pesar de esa vigencia, la irrupción, en los últimos tiempos, de una serie nueva de factores políticos, económicos y estéticos ha creado la necesidad de volver a pensar algunas cuestiones teóricas estrechamente vinculadas a la mutación que esos nuevos agentes han provocado en la relación entre las ciudades y las personas que las habitan. La construcción institucional de un discurso identitario que revisa, siguiendo  el interés sospechoso de los poderes políticos, los modos de sujeción al  entramado urbano, convertido ya en marca y señuelo de la victoria de los mercados y su ideología,  unido a al fortalecimiento de un cierto y acrítico sentimiento de pertenencia que esos mismos agentes han ido potenciando, constituyen someramente dos de los elementos más significativos de esa deriva ciudadana que algunos, quizás de manera demasiado reductiva, no dejan de asociar a lo postmoderno.
 Bajo el auspicio de la vocación ciudadana de Espai Freud, la tertulia que hoy proponemos pretende la difícil pero acuciante tarea de impugnar, sirviéndose del debate y las ideas, una feroz dimensión cultural que a través del urbanismo, la musealización o la deslegitimación absoluta de modelos alternativos, homogeniza imaginarios   sirviéndose de un discurso falsamente abierto y tolerante. A partir de  estas premisas  quisiéramos tener algo que ver con lo que Michel Foucault definía, en un significativo texto titulado Des espace autres,  como heterotopía: lugares concretos dentro de la yuxtaposición tópica en el que se estructura la ciudad, y en los cuales se ponen en acto procesos  culturales y sociales  invertidos que ponen en tela de juicio o representan, alterándolo, el sentido de los espacios centrales, asumiendo una espacialidad ficticia que, a su vez, posee plena existencia y materialidad. De entre ellos, destaca por su fuerza evocadora uno en particular: aquel que  ofrecería la opción de mantener procesos de desplazamiento sin fin, de resistencia viva y en los que lo que cobra relevancia es el acto mismo de desplazarse, y no la performatividad de cada grupo o individuo: se trata del barco, ámbito  estrechamente vinculado a la figura errante del artista, nuevo dispositivo espacial, “heterotopía por excelencia”, “lugar sin lugar” en constante flotación y deriva,  que da aliento y posibilita la creación de imaginarios.


Referencias

Michel Foucault, Espacios diferentes, en  Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales, vol. III, trad. de Ángel Gabilondo, Barcelona,  Paidós, 1999. pp. 431-441.
Walter Benjamin, Charles Baudelaire, "Tableaux parisiens", en Obras. Libro IV/vol. 1, trad. de Alfredo Brotons, Madrid, Abada 2008




dimecres, 18 de maig del 2011

Les tertúlies d'Espai Freud: Cafè Freud






Amb
Cafè Freud desitgem connectar amb la renovada
i sempre clàssica tradició de les tertúlies per parlar
i debatre sobre qüestions de l'actualitat més propera.
Sense cap requisit previ per a participar-hi,
només amb l'ànim d'avançar cap a un intercanvi
de pensaments i diferències. Voldríem que
Cafè Freud es convertís en un espai de confluències,
on els diferents camps del saber tinguin cabuda.





Us convidem a participar en la primera tertúlia:




dimecres, 1 de juny, a les 21:00 hores



HABITAR LA CIUTAT:
VIDA URBANA I ESPAI PÚBLIC



invitada: ITZIAR GONZÀLEZ, arquitecta.




lloc:

CINCÓMONOS, espai d'art
Consell de Cent, 283. BCN

Entrada lliure.




organitza:


informació: espaifreud@gmail.com
http://espaifreud.blogspot.com
telèfon: 932.116.921



"La conversa que som és sempre una conversa
inacabada. No hi ha paraula que posi el punt
final, com tampoc no existeix una paraula
primera. Qualsevol paraula ja és sempre
i per ella mateixa resposta, i equival sempre
a plantejar una pregunta nova" (H. - G. Gadamer).



Les tertúlies d'Espai Freud:

dijous, 12 de maig del 2011